[Reseña] Estados Unidos de Japón Sin valoraciones aún

A principio de 2017 llegó a España Estados Unidos de Japón, un libro que en la portada, aparte del nombre, aparecía un mecha gigante y colorido. Yo, un amante de estas grandes armaduras, no pude seguir de largo sin echarle un vistazo… El autor, un total desconocido por aquí ya que ninguno de sus anteriores libros ha sido traducido a nuestra lengua, se llamaba Peter Tieryas y el libro llegaba de la mano de Ediciones B.

¿De qué va?

Un mech, los diseños son originales y expresamente hechos para el libro, lastima que no sea ilustrado.

Estados Unidos de Japón es una ucronía en la cual los aliados perdieron la 2ª Guerra Mundial en pro de Japón y de Alemania. Una vez ganada la guerra se reparten el continente americano entre las dos potencias, la Alemania Nazi se queda con la costa este y Japón con la costa oeste. Hasta aquí todo es similar a la novela de Philip K. DickEl hombre en el castillo“, novela de la que mama y de la cual Peter admite haberse inspirado, aunque difiere en cuanto esta es algo más moderna, podría decirse que fuera una continuación no oficial.

Nos encontramos ante una novela que profundiza mucho en el estilo de vida japonés, y, por lo tanto, nos encontramos en la costa Oeste, concretamente en San Diego, tomando como protagonista a un capitán del ejército Japonés llamado Beniko Ishimura y viéndolo todo a través de sus ojos. A lo largo del libro descubriremos la tecnología desarrollada por los japos, unos videojuegos que usan para controlar a la población y saber quién puede ser un traidor o no. Irán apareciendo personajes, algunos con más peso que otros, como la que acompañará a Ben casi todo el libro, la agente Akiko Tsukino, e incluso habrá tiempo para el flashback para conocer algo más acerca de lo que ocurrió en aquellos días.

La historia se centra en una investigación continua acerca de la verdad y de la lealtad, tanto hacia una deidad llamada “emperador” como hacia el imperio, la familia o amigos, etc… así mismo durante todo el texto surgen debates morales acerca de razas, religiones y otros conceptos, aunque es en la primera mitad del libro donde tiene mayor peso todo este debate. La segunda mitad es donde transcurre la acción y donde la cosa se pone interesante hasta el desenlace.

Qué mejor manera que eliminar una palmera que disparando un mech ¡Adiós palmera, bienvenido cambio climático!

¿Qué más podemos encontrar?

En el libro además podremos encontrar un montón de tecnología e imaginar a personajes con implantes, con brazos biónicos o mecánicos, e incluso una especie de robots humanos. Recorreremos zonas de San Diego y las veremos desde la perspectiva japonesa, descubriendo a una resistencia que lucha con lo que puede, quizá hubiera dado más fundamento a la historia profundizar más en este bando y darle más peso.

El turno de los mechas llega, sí, aunque lo hace demasiado tarde, durante el libro se les menciona, pasamos junto a ellos en varias ocasiones, pero hasta la mitad de éste no vemos en combate a uno y ya hasta el final del libro no volvemos a saber de ellos. Del bando nazi tampoco se sabe nada aunque teniendo el título que tiene el libro tampoco era de esperar, no obstante, como con la resistencia, le hubiera dado más interés.

Conclusión

Para mi gusto es un libro un poco plano, no termina de enganchar y hasta la mitad del libro me costó bastante continuar, es cierto que, a partir de cierto punto, en esa mitad aproximadamente, te enganchas y no puedes dejar de leer, pero es demasiado bagaje para lo que queda. Los personajes están bien presentados y desarrollados, con sus motivaciones, aunque en algunas situaciones no terminan de convencer. La narrativa por lo general es ágil aunque a veces entremezcla diálogos con descripciones demasiado extensas que te sacan por momentos de la escena.

Lo mejor es la tecnología y los debates y lecturas que se sacan de ésta y su uso, recordando mucho a los capítulos de la serie Black Mirror. También cabría destacar la crudeza con que se narran las batallas y combates, de una manera explícita y sin miramientos por los personajes. Lo peor es que los mechas apenas aparecen y cuando lo hacen ya llevamos medio libro leído, es muy poco como para ser el máximo reclamo de una portada, y más cuando lo que sucede con ellos mola tanto.

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