Los audiolibros, ese nuevo formato de libro para vagos (también válido para personas invidentes o que no tengan tiempo de leer ni en el metro) en el que alguien te lee un libro, ha generado intensos debates en las redes sociales.
La pregunta original que ha desatado los primeros rifi-rafes ha sido si los audiolibros se leen o se escuchan, posicionando en bandos radicalmente opuestos a gran parte de los internautas.
El Cornetín, en su afán de informar veraz y formalmente, ha consultado a la RAE a través de su cuenta de Twitter oficial, obteniendo esta respuesta:
Sin embargo, hay quien dice que existe cierta indecisión en la RAE sobre llamarle “audiolibrO”, ya que esa última letra masculinizante parece ser una estrategia del heteropatriarcado, pero las alternativas no terminan de convencer a los académicos:
- Audiolibra – demasiado británico.
- Audiolibre – suena a taxi con la radio puesta.
- Audiolibri – muy repipi.
- Audiolibru – suena a inculto.
- Audiolibrx – suena a Astérix y Obélix.
- Audiolibr@ – suena directamente mal o no suena.
Pero, además de esto, en El Cornetín tenemos unas cuantas preguntas sin respuesta que, a modo de debate, nos gustaría lanzar a nuestro amado público.
En primer lugar, un audiolibro (vamos a seguir usando este término a falta de la decisión final de la RAE), ¿puede editarse, como los libros al uso, en formato bolsillo? De ser así, ¿sería sobre esos CDs pequeñitos que existen, aunque nadie sepa muy bien para qué, además de para adjuntar drivers de aparatitos chorras informáticos?
Otra gran pregunta que divide a Internet y, si no lo hace, ya lo hará, al igual que ocurre con las películas, ¿existen audiolibros con formato “latino” y “castellano”? ESTO ES OBVIO QUE SÍ
En tiempos de los casetes, existían los llamados “cuentavueltas”, los cuales te permitían iniciar una reproducción en el momento exacto que se desease: mucho más preciso que empezar una pista u otra del audiolibro que, por norma general, equivale a un capítulo de la obra. Por ello, yo echo en falta la creación de un “marca páginas” o “marca segundo”. ¿Alguien sabe si tecnológicamente sería posible? Porque si no, más de uno resucitará los walkmans… CUALQUIER REPRODUCTOR DE AUDIOLIBROS TE LO GUARDA.
Otra pregunta: para que el autor te dedique el audiolibro, siendo coherente con el formato, en vez de rubricar la portada o la caja, ¿le puedes grabar con el móvil la típica frase de “para Fulanito, con todo mi cariño”?
Otro inconveniente que le vemos al audiolibro es que, aunque estén en formato CD o DVD, no los vemos aptos para calzar mesas, aunque tienen la ventaja de espantar pájaros si se ponen colgados de una cuerdecita en el balcón o cultivo. Evidentemente, el formato USB o MP3player no sirve tampoco para eso.
Demasiadas cuestiones a tener en cuenta con un formato que está empezando a hacerse muy popular, al igual que los podcasts (¡como el nuestro!), los cuales tenemos la certeza de que se escuchan.
Si queréis uniros al debate, solamente tenéis que comentar para que los demás lean vuestros comentarios y escriban sus respuestas, que además es gratis. También puedes votar, sobre la cuestión principal del debate, en esta simple encuesta.
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Es obvia ni postura,no?
Están claras las se todos, aunque estén equivocados… Jejejeje
Me veo a Juls plantada delante de la puerta de la R.A.E., con un cartel de protesta “los audiolibros, si son libros, SE LEEN!!!”, y gritando consignas tipo “catedráticos, cabrones, no merecéis los sillones!”
Tú no puedes evitar darle ideas, ¿verdad? XD
Oir es la contraparte de hablar, cuando oigo una conversación aprendo fonética y la entonación de la frase me ayuda a entender la intención del interlocutor (si habla en broma, enojado, etc.).
Leer es la contraparte de escribir, cuando leo aprendo ortografía.
Saludos a todos
Yo no lo podría haber explicado mejor.