Poco a poco vamos conociendo los juegos de “mayores” de Haba y nos agrada descubrir que la reticencia que pudiéramos tener se va venciendo. Es el turno de presentaros el “filler”: El Rey de los Dados, un “juego piscinero” perfecto para este verano.
Antes de nada. ¿Que es un juego piscinero? Un “juego piscinero” es aquel que se pueden llevar y jugar en la mesa de una terraza, en la playa o en la piscina y por tanto son perfectos para el verano. Aunque no tienen que ser “fillers”, el pequeño tamaño de estos los hacen perfectos candidatos para meterlos en la mochila, junto con la toalla. Vamos ahora con la propuesta que Haba nos propone: El Rey de los Dados.
El Rey de los Dados es una “push your luck” bastante sencillo: por turnos los jugadores tiran hasta 3 veces los 6 dados, con el objetivo de obtener en la tirada la combinación necesaria para llevarte uno de los habitantes, pudiendo llevarte además el barrio en la fila superior si este coincide con el habitante. Cuanto más puntos proporcione el habitante más difícil será la tirada a obtener. Si no has conseguido ninguna combinación, te llevas un habitante loco o un dragón, que te proporciona puntos negativos. La partida se acaba cuando se termina uno de los 3 mazos (habitantes, barrios o penalización) y se cuentan puntos.
Como podéis intuir, no es un juego muy largo, ni difícil de aprender, es perfecto para llevárselo este verano. Lo que si hemos visto es que es más complicado de lo que parece conseguir los habitantes que deseas, ya que las combinaciones de dados son más difíciles de lo que parecen. Estas pueden ser: numéricas, de colores, secuencias o conjuntos de números, con lo que la variedad en las tiradas necesarias es mucho mayor de lo que en un principio parece en un juego de dados.
En esta ocasión hemos querido probarlo con niños y la verdad que incluso los más pequeños (2 año por debajo de la edad recomendada) cogieron la mecánica rápidamente y no sabemos si fue por pura suerte o una finísima estratagema infantil, pero los mayores no fuimos capaces de ganarles ni una sola partida.
En resumen, nos ha gustado: No tiene la complejidad del Meduris, pero es un juego ameno, con reglas fáciles, ilustraciones chulas y una temática atractiva, perfecto para llevarse de viaje y con dados con los que hacer ruido… ¿qué más se puede pedir?
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Esa mano me suena!