El cómic se ha convertido en una fuente inagotable de inspiración para series y películas. Adaptar un lenguaje pensado para viñetas a una narrativa continua y audiovisual nunca es sencillo. Muchas veces, los guionistas intentan “mejorar” la obra original o los ejecutivos no entienden lo que tienen entre manos y el resultado suele ser, en el mejor de los casos, mediocre. En otras ocasiones, sin embargo, se logra un trabajo de relojería para condensar años de publicaciones en unas pocas horas. Ese es el caso de Sandman.
Sinopsis
La serie de Netflix adapta dos grandes arcos narrativos de Sandman, añadiendo algunos detalles de historias menores.
Primera temporada
Todo comienza en 1916, cuando Sueño, uno de los Eternos, es capturado accidentalmente por el ocultista Roderick Burgess, quien buscaba atrapar a la Muerte para obtener inmortalidad. Durante más de 70 años permanece prisionero, observando en silencio mientras el Reino de los Sueños y el mundo despierto se deterioran. Muchas personas sensibles a su poder quedan marcadas por esta ausencia. Entre ellas, destaca Hippolyta Hall, la única humana capaz de concebir un hijo en el Reino de los Sueños.
Tras la muerte de Roderick, su hijo Alexander Burgess hereda la tarea, pero descuida el ritual, lo que permite a Sueño escapar. Débil y con su reino en ruinas, inicia la búsqueda de sus tres objetos de poder: el Saco de Arena, el Yelmo y la Piedra del Sueño. Esta misión lo lleva a cruzarse con humanos y seres sobrenaturales, transformando sus vidas de manera irreversible.
Segunda temporada
Restaurado su poder, Sueño se reúne con sus hermanos Eternos. Tras ello, su hermana menor Delirio lo convence de emprender la búsqueda de Destrucción, el Eterno que abandonó sus funciones siglos atrás. En ese viaje, Sueño debe enfrentarse a su pasado y reencontrarse con su hijo Orfeo, a quien concede un último favor: darle la muerte.
Este acto desencadena el tramo final de la historia. Los enemigos de Sueño aprovechan la ocasión para invocar a las Benévolas, diosas de la venganza que castigan a quienes derraman sangre de su propia familia. Ellas serán las encargadas de sellar el destino del Señor de los Sueños.
Sandman, el cómic
Sandman comenzó a publicarse en enero de 1989, en una época marcada por una renovación en el mundo del cómic. DC terminaba de publicar éxitos como Watchmen o El regreso del Caballero Oscuro. Además, Hellblazer, la Cosa del Pantano de Alan Moore o Doom Patrol de Grant Morrison habían comenzado pocos años antes. Estos títulos apostaban por deconstruir a los superhéroes, volviéndolos más oscuros y humanos.
Marvel, por su parte, apostaba por la acción oscura y los antihéroes violentos. Los X-Men de Chris Claremont y el Spider-Man de Todd McFarlane seguían siendo un referente. Además, personajes como El Castigador, Lobezno o el Motorista Fantasma comenzaban a atraer a nuevos lectores.
En definitiva, la mayoría de los cómics de los 90 apostaron por antihéroes oscuros y violentos. Mientras tanto, Sandman eligió la fantasía y un universo propio, mezclando mitología, poesía y terror gótico. Se convirtió en todo un referente de los cómics de la época y pieza clave de la llamada «Invasión británica» de autores como Gaiman, Moore o Morrison.
Influencias de Sandman
Sandman se construye con elementos de mitología, literatura e historia, con una fuerte influencia británica. Por ello no es raro ver en sus páginas a William Shakespeare (#13 Sueño de una noche de verano y #75 La tempestad) o a un joven Marco Polo (#39 Lugares blandos).
Usa referencias a los principales movimientos literarios ingleses. Del romanticismo y el gótico toma su estética oscura y su ritmo poético. Del terror clásico de Edgar Allan Poe hereda la atmósfera inquietante, que se mezcla con el horror cósmico de H.P. Lovecraft. También combina panteones de distintas religiones con el cristianismo, e integra la fantasía moderna de C.S. Lewis y J.R.R. Tolkien, donde los mundos paralelos reflejan a la humanidad.
Pero la influencia más visible es la de la cultura pop de los 80 y 90, especialmente la contracultura gótica. Sandman deja a un lado el gótico sombrío por otro que busca la belleza en lo melancólico, lo decadente y lo extraño. El cómic se aleja del heroísmo tradicional y se acerca al existencialismo gótico, con reflexiones sobre el tiempo, la pérdida, el destino y la fragilidad humana.
Dos claros ejemplos de esta influencia son los personajes de Muerte y Delirio. Muerte, con su piel pálida, ropa oscura y el icónico ankh, está basada en la modelo Cinnamon Hadley, mostrando una Muerte amable, cercana y reconfortante. Delirio hereda parte de esa sensibilidad alternativa de la época, con un estilo más cercano al punk y al cyber-goth.
Sandman como adaptación
La adaptación del cómic de Sandman a una serie de televisión es compleja. Su tamaño – más de 2000 páginas – y su cadencia especial hacen de esta labor algo difícil, donde se puede tropezar en cualquier momento.
Por ejemplo, el ritmo de la serie es distinto al del cómic. Mientras que el cómic tiene una cadencia poética y fragmentaria, la serie a veces se siente apresurada – condensando varios números en un capítulo – o demasiado lenta – estirando algunos arcos innecesariamente.
La serie rebaja varias escenas de violencia, lo que hace que ciertas partes pierdan su crudeza y tono adulto. Esto es especialmente evidente en el número/capítulo «24 horas», donde su protagonista John Dee pasa de ser un monstruo de horror psicológico y grotesco a suavizarse con un tono trágico, perdiendo parte del impacto. En el cómic, ese número es considerado uno de los más aterradores de la historia del medio.
Aun así, la serie muestra un interés claro en adaptar la obra de manera que sea atractiva tanto para un público nuevo como para los lectores veteranos. Los cambios en algunos personajes y la pérdida de ciertos arcos (A Game of You, Worlds’ End) sirven para condensar la historia de forma coherente.
Opinión
La serie de Netflix es una adaptación muy digna, aun con la pérdida de parte de la riqueza narrativa que hizo único al cómic. Pero entendamos bien este cambio: la serie busca una mayor coherencia televisiva y para ello debe prescindir de algunos elementos o adaptarlos a un formato y un momento para el que no fue concebida.
A nivel personal, los dos elementos que menos me agradaron fueron la aparición de los padres de los Eternos – Tiempo y Noche – que en los cómics se mencionan pero nunca llegan a aparecer, y el perdón que recibe Hippolyta Hall al final de la serie. En los cómics, ella finaliza como una villana trágica sin posibilidad de redención, culpándose por sus actos. En la serie esa catarsis simplemente se ignora.
Sea como sea, la serie de Sandman puede servir como un acercamiento a un cómic complejo y lejano en el tiempo, que sigue siendo una de las obras más influyentes de la historieta moderna.
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