“¿Y si el Joker fuera Batman?” Es una de esas preguntas que a muchos fans del Murciélago y del Payaso del Crimen se nos ha pasado por la cabeza y que alguna vez hemos visto. Caballero Blanco es el cómic que mejor ha tratado esta idea.
La historia.
Tras la última pelea con Batman, el Joker ingiere unas pastillas que entierran la psicópata personalidad del payaso asesino y deja salir la personalidad de Jack Naiper. Éste pretende expiar sus pecados salvando a Gotham del mayor enemigo que ésta ciudad tiene, el propio Batman.
Comienza así la cruzada personal de Naiper, en la que no dudará en rebasar la legalidad para convertir al Murciélago en el enemigo de Gotham, y para convertirse él mismo en su salvador. Pero un nuevo villano se interpondrá en su camino, el Neo Joker.
En entregas anteriores
No es la primera vez que a algún guionista se le ha pasado por la cabeza plasmar la respuesta a la pregunta con la que empezábamos este artículo. Mark Millar ya lo intentó con mayor o menor éxito, según se mire, con “Némesis”. En él, Némesis sería Bruce Wayne que buscaría vengarse del comisario Blake Morrow al que culpa del suicidio de su padre, un señor del crimen. Entrenamiento y recursos al servicio de este Joker, para responder a la pregunta.
Aunque el planteamiento de Millar (guionista) y la ejecución de Steve McNiven (dibujante) no pueden ser mejores, la puesta en escena es otra cosa. Millar, desde mi punto de vista y como suele ser habitual, se desdibuja cuando cae en el exceso de sus historias, sin justificación alguna y eso se ve en las primeras páginas y en la presentación de Némesis:
Como ejemplo veamos la primera escena: “Vemos al jefe de policía de Tokyo atado en una silla sobre las vías del tren bala. Un tren sin conductor a toda velocidad va hacia él, transporta una carga de inocentes y de explosivos. Tras atropellar al jefe de policía, el tren cae por un pozo casi infinito y cuando toca el suelo explota, derribando todo un rascacielos del que no sabíamos nada. Solo faltaba la palabra ACME para que la escena fuera firmada por el Coyote.”
Millar, capaz de lo mejor cuando sabe contenerse (Old Man Logan) se enreda en una venganza demasiado rebuscada y con tintes de la Broma Asesina intentando responder a “¿Y si el Joker fuera Batman?”
El Caballero Blanco.
En Abril de 2018, Sean Murphy se hizo la misma pregunta: “¿Y si el Joker fuera Batman?”, pero su enfoque fue totalmente distinto. La historia se trató como un “What if…?” con los personajes del universo Batman. Este “nuevo universo “el brindaba al guionista la libertad necesaria para desarrollar sus ideas, sin que lo sucedido interfiriera en la línea editorial de DC. Creó así una historia independiente del universo de DC con gran calidad.
Para evitar excesos no convirtió a Batman en el Joker, que es lo que realmente hizo Millar. En vez de ello utilizó el alter ego del Joker como protagonista del Caballero Blanco. Así se transformó a Jack Naiper en lo que debía haber sido Bruce Wayne. Como personaje que merece ser destacado en esta historia está Harley Quinn, que ha dejado de ser el sidekick del Joker para ganarse su propio papel, alejándose de la versión femenina y de DC de Deadpool. Por último, el nuevo villano, el Neo Joker, se ha mostrado muy interesante, muy a la altura de lo que se esperaba de esta historia.
En cuanto al dibujo no puede estar más acorde a la historia con una gran potencia visual que nos hace imaginar a los personajes en carne y hueso. Además, Sean Murphy llenó las páginas con miles de guiños a todos los Batmans que han existido y que hace de la lectura del cómic un pequeño juego de “Buscando a Bats”.
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