[Reseña] Las historias de la Hermana Herminia Sin valoraciones aún

Durante demasiados años los amantes de los cuentos de la Hermana Heminia hemos vivido bajo un paraguas de oscurantismo. Es cierto que somos pocos los que tenemos la primera edición de Las historias de la Hermana Herminia y aquellos que la poseemos no nos vamos a desprender de ella, por mucho que ofrezcas. Bueno, depende. ¿Cuánto ofreces? Patrisio se fuerte.

Ahora todos aquellos que crecimos con La princesa afeitada, Las dos grandes posaderas o Los dos viajeros que casi se matan por un queso que al final no estaba tan rico tenemos, por fin, una nueva edición a la altura de la Hermana (aprox 1,65). Aunque no deja de ser curioso la elección de algunos de los cuentos por parte del editor: Sergio S. Morán. Así, por ejemplo, nos trae El sapo que quería comerse un melón entero y La princesa que quería comerse un melón entero, pero obvia una de las cumbres de la Hermana Herminia: El melón que quería comerse un melón entero. Hay otras desapariciones notorias como La puta cerillera en este cuento no muere o Caperucita Roja (que acabó como documento fundacional de un partido comunista, quizá Herminia lo vendió y perdiera los derechos sobre él). Otras eliminaciones como El aprendiz de vago* o Alicia en el País de las Pesadillas** son mucho más obvias y entendemos el criterio del editor.

Dejando atrás estos pequeños detalles, ahora podemos volver a disfrutar de las historias con las que crecimos y, mejor todavía, contralas a generaciones futuras, aunque no sean descendencia nuestra y tengamos que raptarles. Seguramente esto traerá una necesaria nueva generación de amantes de estos cuentos y, sobre todo, un redescubrimiento de uno de los más importantes hitos literarios.

Pero posiblemente te estarás preguntando que tipo de cuentos trajo Herminia a la palestra. Herminia se alejó de cursiladas como Cuentos políticamente correctos y se acercó más al clásico Cuentos por teléfono... dándole a todo un estilo propio, bastante punk. Morán elimina el debate que existía entre los eruditos: ¿se podría publicar a Hermina hoy en día? Seguramente no, pero Sergio lo ha hecho.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Así podemos devolver a nuestras estanterías lo que sería nuestra Una serie de catastróficas desdichas particular, pero eliminando de raíz todo el rollo burgués y sobreexplicativo del clásico de Lemony Snicket. Las historias de la Hermana Herminia tendrá así el lugar que se merece, en mi caso entre Vuitanta-sis contes de Monzó y el Cuentos completos de Cortazar.

 

 

*El aprendiz de vago fue un cuento que Herminia escribió justo después de ver una película. En el cuento un ratón, muy vago, decide usar la magia para limpiar un castillo. Al final del cuento el ratón mata a un rey llamado Walt. Disney demandó a la Hermana.

**Alicia en el País de las Pesadillas es el cuento que Herminia público tras un mal viaje.

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