Las series de zombis no suelen engancharme. Con el paso de los capítulos termino por desconectar y me parece que las tramas se alargan para rellenar capítulos. Esta era mi sensación hasta que vi Estamos Muertos.
Sinopsis
El instituto superior de Hyosan se convierte en la zona cero de una epidemia zombi. Rápidamente comienza a propagarse por toda la región y amenaza por extenderse al resto de la península de Corea.
Un grupo de estudiantes, sin agua, ni comida y aislados del exterior, intenta sobrevivir a la vez que se dirigen a la azotea para ser rescatados. Pero en su camino no solo se deberán enfrentar a la horda de zombis. Sus problemas personales amenazan sus vidas sino son capaces de superarlos.
Lo que desconocen es que fuera del instituto la situación no es mejor y puede que no haya lugar donde escapar del apocalipsis.
Zombis Coreanos
Estamos Muertos es la adaptación del WebToon – historietas digitales publicadas en una imagen vertical – “All of us are dead”. Su éxito y planteamiento crítico con la sociedad surcoreana animaron a Netflix a llevarla a acción real.
Desde el éxito de Parásitos, son numerosas las series y películas norcoreanas que el público se van descubriendo, desde Old Boy o Memorias de un Asesino – ambas del 2003 – al Juego del Calamar – del 2021.
El género zombi no es un desconocido para el público surcoreano. Seul Station y Train to Busan – ambas del 2016 y del director Yeon Sang-ho – han definido el género para el lejano oriento. Un año antes el manga I am a hero presentaba su idea del zombi: seres hambrientos de carne humana, pero que conservan vestigios de humanidad y de las obsesiones con las que vivieron. Lejos de ser criaturas lentas y tambaleantes, eran rápidos, agresivos y con una astucia cruel.
Como toda historia de zombis, los no muertos sirven de excusa para denunciar los problemas sociales que ocurren en el momento en el que se narra la obra. Con esta idea Estamos Muertos nos muestra varios de los problemas a los que se enfrenta la sociedad surcoreana: acoso escolar, brecha social, cultura del trabajo tóxica o el conflicto de la sociedad con la historia reciente reciente.
Pero aparte de la denuncia inherente al género, la serie posee dosis de acción que engancha en cada capítulo, junto con perlas de humor que roza el ridículo, que ayuda a mantener la atención. Si bien la formula scape room puede resultar repetitiva, su desarrollo y puesta en escena es emocionante.
Opinión
Estamos Muertos ha sido una sorpresa. Peca de dar explicaciones de todo lo que sucede – desde el origen de la infección, hasta el porqué de las decisiones de los personajes – estas no cortan el ritmo de la serie o resultan especialmente vacías.
Lo que si juega en su contra es el carácter buenista y conciliador. Haciendo un lavado de cara del gobierno y el ejército, a los que se les justifica todas las decisiones que toman. Las aristas de los personajes desaparecen, perdiendo parte del drama social que se pretende denunciar. Solo los antagonistas parecen permanecer fieles a la idea de denuncia original.
Aún con sus errores, Estamos Muertos es una serie a la que merece la pena prestar atención y que demuestra el buen hacer que Corea del Sur está teniendo en la producción cinematográfica.
Os dejo el análisis de Seúl Station hecho por “El Feo” en su Filmoteca Maldita como un ejemplo de películas de zombis como crítica social.
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