Athena, o Atenea en España, es una película francesa que se estrenó este 2022 (concretamente el 23 de Septiembre) bajo el manto de Netflix, por supuesto en streaming. Dirigida por Romain Gavras, casi desconocido ya que ésta es solo su tercera película (además de un documental) y la primera que alcanza algunas cotas más altas ya que fue nominada al León de oro y a los premios Gotham. El cast, al menos para mi, es totalmente desconocido y, aunque no sobresalgan, lo hacen bien pero es que la estrella de la película es la cámara.
El inicio de la película nos traslada al barrio de Athena, que vendría a ser un gueto muy humilde de alguna ciudad de Francia, justo tras el fallecimiento de un joven de ascendencia árabe, llamado Idir, de 13 años. Dicho fallecimiento parece ser un asesinato por parte de unos policías por lo que se genera mucha rabia entre uno de sus hermanos, Karim, a la postre líder del movimiento, y entre la mayoría de los chavales del barrio, que no dudan en fortificarse en su barrio y armarse con todo lo que encuentran: cócteles molotov, armas de fuego, cuchillos o bates, petardos y fuegos artificiales. Por supuesto dentro del barrio hay otros ciudadanos: menores de edad, mujeres embarazadas, ancianos, personas impedidas con lo que el director trata de buscar una complicidad del espectador que poco a poco se va desvaneciendo según avanza el conflicto.
Todo ello se va contando a través de muy pocos personajes, los hermanos del chico fallecido, principalmente el ya mencionado Karim, líder de la revuelta, que sólo quiere venganza a base de buscar el enfrentamiento y por la fuerza, y el otro hermano Abdel, de corte más pacifista ya que forma parte del ejército y no quiere entrar en conflicto con su trabajo e intenta calmar los ánimos moviéndose entre los dos bandos, pero exigiendo que se investigue el caso por los cauces de la justicia. También está el tercer hermano, el más mayor, Moktar, un narcotraficante que sólo le interesa su negocio y que haya tanta policía y tanto lío no le viene nada bien. Por supuesto no falta la visión del otro bando que nos la aporta un policía, que es más bien un novato que no ha elegido su mejor día para estrenarse en esto de los disturbios.
Obviamente la película tiene muchos aristas pero es claramente una referencia a la historia bíblica de Caín y Abel, los nombres de los principales protagonistas ya son un guiño directo, aunque cambiando ciertos conceptos y dándoles algunos giros. También es una crítica social contando, por supuesto, el trato que da la policía a las diferentes etnias, lo que se transforma en represión y discriminación, o como éstos guetos quedan marginados y abandonados de por parte del Estado. Un tema candente en nuestro continente si le añadimos que cuando la injusticia actúa hay una incapacidad imperante para actuar ante los extremos.
Pero si todo esto no te llama la atención, como ya comenté al inicio, el principal protagonista es la cámara. Los primeros diez minutos son una delicia visual, un plano secuencia eterno lleno de acción y actividad, una locura que te mete de lleno en la acción, en la historia y en el barrio. El resto de la cinta también están rodados en planos secuencias, perfectamente hilados, perfectamente rodados, podría costar encontrar los cortes para ver donde termina un plano y donde comienza el otro. Todo aderezado de una coreografía de extras tremenda, con sus fuegos artificiales, cócteles molotov, vehículos, fuego y un sinfín de altercados por doquier. Espectacular.
El resto de acompañantes de este actor principal como es la cámara es una banda sonora que le da la fuerza que necesita, una duración comedida de 99 minutos y que, para bien y para mal, es un producto de una plataforma de streaming, lo que te permite disfrutarlo si ya estás suscrito, pero quizá no haya gozado de la suficiente popularidad perdida entre las decenas de estrenos semanales de la plataforma de la N roja, aún así consiguió ser la cuarta película más vista en la plataforma en la semana de su estreno, la del 26 al 2 de Octubre, en España.
Conclusión
Como conclusión, Athena es una película que he disfrutado mucho, me ha sorprendido y me ha mantenido con tensión durante toda su duración. Si bien es cierto que los primeros minutos son los mejores el resto no desmerece la cinta ni tampoco el resultado final. Es difícil no encontrar paralelismos con otras películas francesas como la tremenda La Haine o la nominada al Oscar Les Misérables de 2019, películas que me fascinaron, y porqué no soñar con que éste director siga los pasos de su padre Costa Gavras, un maestro del cine político. En definitiva un película merecedora de un visionado y ¿quién sabe si entrará entre mis elegidas en el podcast de lo mejor del año?
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