Por fin ha llegado la última y definitiva expansión de uno de los mejores juegos en su género jamás creado. The binding of Isaac: Repentance es prácticamente un juego totalmente nuevo por la inmensa cantidad y el número abrumador de novedades que incluye en su última expansión.
No hay ninguna duda en afirmar que The Binding of Isaac es uno de los juegos indie más importantes de la historia. No solo por su calidad indiscutible además de la valentía para introducir temas religiosos en el juego, si no también por impulsar el género de los roguelike a unos niveles estratosféricos para dar ese paso que al género le faltaba para entrar en la “primera división”. Antes de dar un pequeño repaso a lo que trae esta nueva y última expansión, vamos a rememorar un poco el juego en sí de The Binding of Isaac para los más despistados.
The Binding of Isaac es un juego en el que las influencias de clásicos como Zelda o Rogue están muy presentes, así como los referentes del relato bíblico que le da nombre. Como en la prueba de fe que afronta Abraham, la madre de Isaac (el jugador que controlaremos nosotros y protagonista de esta historia) es contactada por Dios. Este le dice que su hijo está corrupto por el pecado y que debe hacer algo, por lo que en una primera instancia, ella decide encerrarlo y aislarlo del mundo. Pero, tras un tiempo, ve que no es suficiente e intenta darle muerte. Isaac consigue refugiarse en el sótano de su casa, descubriendo un mundo tenebroso y macabro en el que sus lágrimas serán el arma con las que podrá hacer frente a las criaturas que moran allí.
The Binding of Isaac no da pie a realizar estrategias de ningún tipo, sino que es un juego adaptativo para el propio jugador. En cada partida hay retos diferentes que varían no tanto por los diferentes tipos de enemigos y trampas, sino por los ítems que nos vayamos encontrando. Esto da lugar que por ejemplo, en una partida según vayamos avanzando, nos encontremos con mejoras de potencia en nuestro disparo, lo que nos dará un tipo de juego más agresivo, o en cambio, los items nos ofrezcan protección y estrategia posicional. Sin duda, la gran atracción del juego es su casi infinita interacción y sinergias que tienen todos ellos.
Una partida entera puede darnos más de media hora de juego, ya que más o menos eso es lo que se tarda desde el primer sótano hasta el enfrentamiento final. Y gracias a la composición e idea del juego, la rejugabilidad es casi infinita. Además, su ingente cantidad de coleccionables, logros y personajes distintos, hace que el juego pueda durar cientos de horas sin exagerar. Una delicia para el jugador experimentado.
En fin, comencemos con la parte jugosa. La última expansión. The Binding of Isaac Repentance introduce nuevas mazmorras, más enemigos, jefes, armas y combos. La mayor extensión de The Binding of Isaac viene en forma de caminos alternativos a través del juego. Siendo accesibles con sólo vencer al jefe de la primera mazmorra. Estos nuevos pisos otorgan una sensación completamente diferente a los que ya estaban anteriormente en el juego. Y no solo tienen una dificultad mucho mayor a lo que hayamos visto hasta ahora, con enemigos completamente nuevos e implacables que pueblan estos nuevos niveles, sino que realmente se destacan de los pisos ya existentes por su estética y sinergias.
Por ejemplo, de las primeras salas que nos podemos encontrar, serían las Cloacas. Un tipo de alcantarillas donde contantemente hay una “lluvia” que nos cae desde arriba, mientras nos movemos por un suelo totalmente inundado donde el suelo nos dará una información valiosísima para poder avanzar por los niveles. Sólo con estos niveles podemos observar todo el detalle, cuidado y mimo que los autores le han dado a la nueva obra de The Binding of Isaac. Los efectos gráficos, las sinergias, y hasta la música, movimientos y sonidos irán acompañados de la situación del jugador en la partida. Dando un nivel cualitativo al título que de por sí ya era máximo.
En cuestión con la inteligencia artificial de los enemigos y en especial de los “Bosses” también ha dado un salto de calidad. Estos nuevos enemigos no sólo se han vuelto más difíciles y peligrosos, sino que su complejidad también ha aumentado enormemente dando una sensación de comportamientos más complejos que mejoran la experiencia de juego.
Además, se ha añadido una inmesa cantidad de jugadores jugables en el título. Con nuevas y desconcertantes formas nuevas de jugar. Jacob y Esaú, por ejemplo, son técnicamente dos personajes que debes controlar a la vez. Puede optar por moverlos por separado, o solo uno a la vez, o ambos juntos. Esto es ya bastante difícil, ya que convierte casi todas las habitaciones en un rompecabezas de bajo perfil, teniendo que decidir rápidamente qué se va a hacer para que los dos se muevan alrededor de los obstáculos o enemigos. Además hay que añadir el hecho de que los elementos que recoja uno u otro sólo se aplican al personaje que realmente los recogió (Jacob y Esaú no comparten elementos ni sus efectos), y de repente… “Boom”, tenemos muchas más decisiones para hacer malabarismos.
Como conclusión, The Binding of Isaac: Repentance probablemente no va a atraer nuevos jugadores que no hubieran estado antes, ya que Repentance se mantiene muy fiel a la fórmula central de Isaac, pero esta última expansión la pule y la perfecciona en todos los sentidos. Tal vez incluso se podría decir que el aumento de la dificultad pudiera alejar a posibles nuevos jugadores, ya que el juego base en sí ya es bastante difícil. Pero a pesar de todo ello, como fan de Isaac desde los días de flash, para un servidor, es imposible considerar esta expansión como algo menos que lo que quería exactamente. Más monstruos, más personajes, más niveles, música, secretos, finales… En fín, más Isaac. El final de una saga que acaba por todo lo grande.
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