[Reseña] Encanto Sin valoraciones aún

Disney es Disney. Para lo bueno y para lo malo. No vamos a descubrirlo ahora. Pero, para su sexagésima película, ha tirado la casa por la ventana y, un poco, ha roto sus clásicos.

Encanto es una película sobre las familias para las familias y ha salido en la época familiar por excelencia, virus aparte.

Como largometraje se centra en muchas de las experiencias familiares, sobre todo en cómo ciertos miembros de la familia se pueden sentir fuera de ella. Tampoco voy a destripar mucho más, pero si han visto el avance ya lo sabrán: Mirabel vive en una casa dónde toda su familia tiene poderes menos ella. Incluso la Casita se acaba convirtiendo en un personaje a recordar.

Vivir unos días bajo el punto de vista de Mirabel Madrigal y su lucha para conseguir que su familia se sienta orgullosa es parte de la potencia de la película. Obviamente es Disney y acaba siendo, en ese sentido, un viaje del héroe. Sin embargo, la fuerza viene cuándo se descubre a Bruno. Por desgracia no podemos hablar de Bruno, no sólo para esquivar el destripe, si no para evitar que los Madrigal nos apaleen.

Así que, para no hablar de todo lo que implica Bruno, pondremos el foco en la espectacular animación que trae la película, desde el pelo de Mirabel, hasta la mil maneras en las que se muestra la magia y esa paleta de colores vivos y locos pero que sabe dar justo lo que necesitas en casa momento.

También podríamos debatir un rato sobre el significado de cada escena o qué implica el final. Y, al ser una película que muestra algo de la dinámica de una familia, todos tendremos una opinión diferente, según nuestras experiencias.

Es un espectáculo del que podrías disfrutar fotograma a fotograma, cosa que te serviría para ver como se va ligando, a base de imágenes, toda la historia. No es sólo eso lo que te hace sentir y vivir la película. El guion es muy bueno aunque, es verdad, se precipita un poco hacía el final y tiene un agujerito en medio del tapiz. Sin embargo, el punto dónde Encanto se vuelve una genialidad es en su música y sus canciones. Y aquí tenemos un principal culpable: Lin-Manuel Miranda.

Acertaré qué canción se te quedará en el subconsciente tras el primer visionado, como pasó con Let It Go! en Fronzen. A diferencia de otras películas Encanto no vive exclusivamente de una canción y, cada vez que la veas o busques sus canciones, descubrirás detalles en cada letra para que te decantes entre La Familia Madrigal, En lo Profundo, Dos Oruguitas, Colombia: Mi Encanto o, obviamente, la canción que irá contigo siempre: No se Habla de Bruno. Es más, si eres de los que les gusta comparar, aún estarás un rato para decidir si te gusta más la original o la adaptación y eso te llevará a hablar de ella.

En la versión original Mirabel es encarnada por Stephanie Beatriz, famosa por interpretar a una dura policía. Esto demuestra la gran capacidad de la actriz, no sólo para cambiar de registro y dar encanto (nunca mejor dicho) a su personaje si no también para cantar y dar una cantidad de matices impresionante. Para mi es necesario ver Encanto una vez en versión original sólo por ella. Y eso sin desmerecer el resto de actores ni el doblaje. De hecho para mi hay algunas canciones que están mejor adaptadas que en su versión original.

Que sí, lo he leído, hay mucha gente descontenta por cómo se refleja Colombia (algo que ya pasó con Luca y los italianos o Moana/Vaiana y los maoríes) o videos analizando cómo Encanto se parece sospechosamente a otra película (como si todo Disney no fuera más que adaptar la “misma película”). Y otros muchos. Pero, de verdad, no sean Grinch, acérquense y disfruten el espectáculo. ¡Casita!, pon música.