Los pasados días 29 y 30 de Septiembre se celebró en Madrid la Japan Weekend, un evento dedicado, como su nombre indica, a la cultura japonesa. Durante esos días, los pabellones 12 y 14 de Ifema se convirtieron en un colorido hervidero de fans atraídos por una oferta muy atractiva de actividades, comercios y espectáculos.
¡Muy buenas! Soy Laura, conocida como Nebulaluben, y soy cosplayer desde hace diez años. Llevo asistiendo desde hace bastante tiempo a convenciones y os voy a contar mi experiencia durante estos dos trepidantes días de no parar en esta última edición de la Japan Weekend.
Este evento, que comenzó muy modesta y, casi me atrevería a decir, torpemente a celebrarse en la capital a finales del año 2009, se ha ido superando a lo largo del tiempo hasta llegar al nivel de calidad que lo ha convertido en una cita imprescindible para los amantes de la cultura popular. Pasando de ser un acontecimiento anual en Madrid a distribuirse en distintas fechas por varias ciudades de nuestra geografía y sabiendo distinguirse de su competencia por haber dedicado desde sus inicios una especial consagración a los cosplayers, proporcionándonos una alternativa muy suculenta colmada de invitados y actividades llegando, incluso, a ser anfitrión de su propio concurso internacional de cosplay a nivel mundial, la International Cosplay League, un exitoso plato fuerte desde su origen el pasado año.
Pero vamos a empezar de abajo a arriba. Entre los stands del evento nos pudimos hacer una idea de la importancia que la organización da a nuestra afición, ya que con encontramos con el consagrado puesto de reparación de cosplay, donde los aficionados podíamos acudir en caso de necesitar arreglar algún detalle de nuestro traje. Allí nos esperaban dos mesas llenas de utensilios de costura, pegamentos de diversos tipos y herramientas para solucionar cualquier imprevisto que nos surja. Los chicos del stand son estupendos y muy atentos. ¡Da mucha tranquilidad!
Además, anexo al mismo, como novedad, se encontraba el puesto de Bernina con un montón de modelos de máquinas de coser para probar. Un movimiento muy avispado por parte de la empresa, que formaba parte también de los patrocinadores de la International Cosplay League.
Como ya viene siendo constante, Japan Weekend nos proporcionó sus stands por horas para poder vender nuestras fotografías. En cada edición, los cosplayers tenemos la oportunidad de ofrecer nuestro merchandising en turnos de dos horas a lo largo de todo el fin de semana en varios puestos fijos como una forma de encontrarnos con nuestros seguidores y para que ellos puedan apoyarnos si así lo desean. Sobra decir que los artistas recibimos esta iniciativa con infinito agradecimiento y que todos los años llenamos el cupo con muchísima ilusión.
Y otra forma que tienen de darnos voz dentro del programa de actividades, es otorgándonos espacios para dar charlas sobre distintas ramas de nuestra afición. Este año pudimos disfrutar aprendiendo sobre pelucas con Lirin o sobre maquillaje con uno de los invitados internacionales Phi Phi O’Hara. Si hay algo que nos fascina a los cosplayers es aprender y no hay nada mejor que tener estos puntos de reunión para compartir y colaborar entre nosotros.
Por último, los concursos, los grandes atractivos tanto para nosotros como para el público general. Como ya he dicho al principio, Japan Weekend no ha parado de mejorar exponencialmente en cantidad y en calidad, con propuestas para todos los gustos. ¡No todos los cosplayers somos iguales! Y aquí han sabido diversificar magníficamente para que cada uno participe donde más nos interese. Sin olvidar las comodidades que ofrecen como un amplísimo backstage para que los cosplayers se puedan cambiar de ropa tranquilamente y guarden sus bultos y una selección de snacks y bebidas para los participantes.
Esta edición comenzó con la celebración del Japan Weekend Cosplay Show durante la tarde del sábado, un concurso con categorías tanto individual como grupal en el que se elige a la pareja ganadora para representar a España en el China Cosplay Super Show 2019 en Hangzhou. El primer premio se lo llevaron los chicos de Lazy Town con una actuación divertida y dinámica.
El domingo hubo pasarela, una exhibición centrada en la confección y en la elaboración artesanal de los trajes donde se valora la calidad del trabajo manual y la fidelidad de los trajes con respecto a sus modelos originales. Cada año se llena de participantes increíbles con trabajos cuidados hasta el mínimo detalle. Es mi concurso favorito, ya que es muy vistoso y no requiere actuar. El número de participantes es muy alto, pero el formato es como un desfile de moda y da lugar a ver auténticas obras de arte. La peor parte se la lleva el jurado, que tiene que elegir entre un montón de creaciones cuidadas.
Y, por último se llevó a cabo la guinda del pastel, la final de la International Cosplay League (ICL) con representantes de todo el mundo (y con intención de aumentar de número para futuras ediciones): Ucrania, Dinamarca, Perú, Polonia, Holanda, Reino Unido, China, Italia, Francia, Suiza, Bulgaria y España, con nuestras representantes Darka Studio y Cosplay Fofu.
La ICL ha sabido mezclar lo mejor de ambos mundos: actuación y pasarela. Cada país envía a 3 representantes de los cuales uno participa de forma individual y la pareja restante lo hace con actuación, de forma que se alternan y se complementan para dar un espectáculo variado y entretenido. Y con un formato casi de programa de televisión donde, entre actuación y actuación, según se iban preparando los siguientes, entrevistaban a concursantes previos. Me encantó lo bien que aprovecharon el espacio y el tiempo en el escenario, su distribución y el planteamiento general. Si bien el punto negativo lo puso el público que fue extremadamente soso. Daba la sensación de que la gente que cubría el espacio frente al escenario estaba ahí de merendola porque algunos ni siquiera estaban atentos. Si por algo falla el público en Madrid es por eso y es una auténtica pena ¡y una vergüenza! No cuesta nada apoyar a todos los participantes por igual con un fuerte aplauso. No es fácil llegar hasta ahí y un público indiferente desanima mucho.
Nunca me voy a cansar de decir que la evolución de Japan Weekend ha sido sorprendente. Es una convención que ha sabido escucharnos y adaptarse a las necesidades de los cosplayers, cuidando detalles como la comida, la bebida y los espacios de descanso y encuentro. Llevar cosplays es agotador, a veces es difícil acceder a los restaurantes o llevar comida desde casa y con estos gestos nos lo ponen muy fácil para querer seguir asistiendo todos los años.
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