[Reseña] The Troubleshooters 5/5 (1)

Spirou y Fantasio se internan por la selva. El botones va abriendo camino con su machete y los dos guardan silencio, embelesados por los sonidos y la frondosidad de la vegetación. Sus mentes vagan, recordando todos los percances por los que han pasado. Todo empezó, hace sólo dos días, cuándo encontraron aquella frase apuntada en una cajetilla de cerillas…

Portada del juego The Troubleshooters, dónde podemos ver un coche rojo conduciendo a toda velocidad por las calles de París, mientras la policía lo persigue.
La portada de The Troubleshooters.

Las cosas buenas de Francia

The Troubleshooters fue nominado a los Ennie Awards en 2022 y, en mi opinión, es totalmente merecido. Shadowlands nos traé a España este magnífico juego de rol traducible como “los solucionadores de problemas” (“Los Solucionadores” diría yo) y eso explica todo el concepto del juego.

The Troubleshooters es un juego de rol ambientado en las Bandes dessinées, es decir, el cómic franco-belga que nació tras la postguerra. Para que nos situemos: Tintín o Spirou y Fantasio. Es importante destacar que, citando el libro, es un juego de rol de acción, aventura y misterio en una ambientación europea ficticia de los años 1960–1970. Es decir, otros grandes ejemplos de cómic franco-blega como Lucky Luke, Los Pitufos o Astérix quedan fuera del planteamiento inicial del juego. Por otro lado, Tomás el Gafe o Valérian podrían ser fácilmente adaptables al espíritu del juego, aunque no cumplan la literalidad de la definición. Tampoco te costaría mucho hacer una partida con los personajes de ScoobyDoo, Aventuras de la mano negra, Flanagan, Los Cinco, Archer, Lupin, La banda del patio, los Ángeles de Charlie, muchísimas ambientaciones Pulp o, incluso, Doctor Who. Y también, por decir algo que nos devuelva a Francia (aunque no sea de mi época), te costaría poco jugar a lo Ladybug.

The Troubleshooters es un grupo de "agentes fuera de la ley" que intentan solucionar problemas.

The Troubleshooters está totalmente enfocado hacia la aventura “ligera”, con un fondo lleno de humor, toques de misterio y soluciones a veces surrealistas. Los cómics en los que se inspiran y la propia ambientación del libro permiten que las aventuras exploren muchos aspectos. Por citar algún contrapunto podemos movernos desde Objetivo: la Luna (Tintín 16) hasta Hay un brujo en Champiñac (Spirou 2). The Troubleshooters no fomenta, ni nombra, apartados cancelables, producto de otra época, de alguna de las obras en las que se inspira, como podría ser el racismo. El juego se centra en la diversión y celebra la diversidad.

Los personajes jugadores forman parte de un grupo unido que pasaba por ahí® o se encuentra en medio de todo lo fregao™ . Y, aunque acaben solucionando muchos de los problemas, no descartes que parte de la situación esté creada por sus propias personalidades. Un toque de agentes alejados de la ley les permite desde meterse a resolver los problemas del barrio… hasta enfrentarse al más temido terrorista. Obviamente detrás de todos estos planes hay una organización mala malisíma: Octopus. Malos que tampoco te costaría transformar en KAOS (de Superagente 86) o MAD (de Inspector Gadget) con el Dr. Gang en la eterna sombra. Y todo esto con la base de un viejo conocido: el BRP.

Octopus es la organización maligna detrás de muchos de los problemas que enfrentarán The Troubleshooters.

Un abuelo moderno

Basic Role-Playing o BRP (“juego de rol básico”) es un sistema de dados 100, conocido como el sistema porcentual. Juegos como La llamada de Cthulhu, Superhéroes INC o Aquelarre son buenos ejemplos de BRP. Al tener sus Habilidades establecidas en términos porcentuales son juegos dónde es muy fácil traspasar una Hoja de Personaje o una Ambientación. Todo el mundo entiende que significa tener Conducir al 65%. El BRP es uno de los sistemas fundamentales del rol y lleva con nosotros desde el principio, con su clásico dado de 10 para las decenas y dado de 10 para las unidades.

Portada del sistema BRP, dónde vemos al Hombre de Vitruvio ataviado con diferentes ropas y accesorios dando a entender las diversas ambientaciones que permite jugar el BRP.

Pero esta pequeña antigualla sigue muy viva, no sólo por sus propios méritos, sino por las diversas actualizaciones que ha tenido el sistema. Un ejemplo lo podemos ver en The Troubleshooters que simplifica el BRP quitando todas las Características y dejando sólo las Habilidades. De todas maneras ¿quién puñetas usa las Características en BRP? Vale sí, puede que tú las uses, pero estarás de acuerdo que es un sistema basado en Habilidades. No sólo eso. En el juego, para reflejar las Ventajas y Desventajas (llamadas en el juego Modificadores Positivos y Modificadores Negativos), tenemos en cuenta sólo el dado de las unidades y cuando este no nos sirve acudimos a las decenas.

Un coche amarillo y un coche gris conducen a toda velocidad por una sinuosa carretera.

The Troubleshooters también simplifica los clásicos Arquetipos de este tipo de juego y, en lugar de jugar con la calculadora y con las multiplicaciones (el clásico tu Alquimia es Cultura por 3), crea unas plantillas y unos valores fijos y pa’alante. Esto agiliza enormemente la creación de personajes y fomenta la creación de Arquetipos nuevos (algo, de inicio, poco necesario ya que tienes muchas opciones en el libro).

Pero si algo tiene BRP es que tira “al realismo”, es decir, los Personajes no son muchísimo más potentes que el resto de su entorno. Obviamente esto va en contra del estilo dicharachero y aventurero del juego y es entonces cuando The Troubleshooters pone las guidas del pastel con dos Talentos, una Complicación, los Chanchos de Trama, el Karma y los Puntos de Historia.

Un ladrón intentan buscar una excusa para que no le detengan.
Yo sólo pasaba por aquí, agentes Hernández y Fernández.

No voy a describir todas estas mecánicas, sólo las resumiré diciendo que aportan la Narrativa y dan a los jugadores la oportunidad de Modificar un Escena. Destacaré, eso si, los Puntos de Historia, el método perfecto para solucionar problemas… o para crear un obstáculo aún mayor. Estas guindas son uno de los grandes aciertos de juego y, junto a su ambientación, hacen que The Troubleshooters sea perfecto para novatos, séniors de rol e incluso para el super-munchkin de tu grupo (que se puede divertir a base de hacer TODO manualmente).

Tenemos tres horas para salvar el mundo

Me encanta cuándo un juego es para mi y creo que también noto cuándo un juego es bueno. The Troubleshooters está en ambas categorías. ¿Un ejemplo? Sólo puedo encontrarle dos pegas: su hoja de personaje (perdón, su Pasaporte de Emergencia) es algo sosa y el manual básico no tiene una aventura inicial (aunque puedes encontrar una aventura gratuita en Shadowlands).

Es un juego que, si has entendido al menos el 70% de las referencias que he usado ES para ti. Y, si no las has entendido, también ya que seguro que tienes otras referencias en las que te puedes inspirar. Aunque debo añadir que jugadores más jóvenes se encontrarán mas a gusto moviendo los escenarios de las aventuras hacia nuestra actualidad (algo tan sencillo como cambiar las fechas históricas que da el propio manual).

The Troubleshooters tiene una maquetación preciosa que te traslada a los cómics en los que se inspira y una cualidad muy deseable: su capacidad de ir al grano. Es un libro de lectura fácil, entendible por cualquiera, que fomenta las nuevas mesas… y deja alguna perla en su texto para las viejas glorias.

También cabe destacar que, al basarse en BRP, tiene las reglas necesarias para jugar una campaña media-larga. En ese tipo de partida el Director de Operaciones (el Narrador, vamos) tendrá que ser capaz de gestionar bien los nuevos Talentos y, junto a los jugadores, darles un sentido dentro de la partida (aunque eso signifique crear Complicaciones nuevas).

The Troubleshooters es es tu comida favorita que, tras un tiempo sin comerla, encuentras aún más sabrosa. Los muy cafeteros dirán que no inventa nada nuevo, pero creo que ellos mismos sabrán la diferencia entre un torrefacto cualquiera y un Jamaica Blue.

Y te contaría muchas más cosas pero, por mi ventana, puedo ver como un gran dirigible se acerca a la Torre Eiffel y, me da en la nariz, que no trama nada bueno. Será mejor que llame a mis compañeros de The Troubleshooters.

Un motocicleta MUY trucada vuela por los aires de Paris, manejada por una joven y pelirroja inventora.

 

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