[Opinión] Haikyu!! La batalla del basurero Sin valoraciones aún

Es inevitable una referencia a Oliver y Benji. Al fin y al cabo uno es hijo de su tiempo. Siguiendo con el “deporte rey” quizá ahora tendríamos que hablar de Inazuma Eleven. Me estoy desviando y esto es sólo la entradilla. Spokon es un genero de manga y anime muy concreto. Toda su historia se basa en un deporte: Slam Dunk con el baloncesto, Hajime No Ippo para el boxeo o Ping Pong son otros buenos ejemplos. Y otro spokon fantástico es Haikyu.

Haikyu cuenta la historia de Shōyō Hinata, un pelirrojo (como Hanamichi Sakuragi de Slam Dunk) bajito (como Chico Terremoto – ¿esta referencia te ha matado, eh? -) que es un prodigio físico (depende del spokon tenemos a prodigios físicos, técnicos o ambos) enamorado del voley desde que vio al Pequeño Gigante.

El Pequeño Gigante fue un antiguo jugador del Karasuno (los cuervos) que, pese a su baja estatura, superaba los bloqueadores rivales por pura potencia de salto. Inspirado por esa “llamada a la aventura” Shōyō inicia su camino del héroe particular y.. se estrella nada más empezar, en el primer capítulo. Aquí quiero añadir un punto. El spokon trata sobre muchas cosas: el mejorar continuamente, el trabajo en equipo, el talento, el esfuerzo y, un punto imprescindible, la gestión de la pérdida.

Esta mejora a partir de la derrota será otro de los ejes principales en Haikyu. El punto de partida no es sólo un protagonista poco ideal para el voley. Además el equipo en el que acaba está en horas bajas (los rivales caídos, los cuervos que no pueden volar). De hecho la película se centra en un partido oficial entre el Harasuno contra el Nekoma (los gatos, otro equipo también ha regresado de una mala época) y centra toda su potencia en la gran amistad y rivalidad entre Shōyō y Kenma Kozume.

La película empieza de manera espectacular, recordando el encuentro entre ambos jugadores y jugando con la mitología de los animales de sus equipos: el cuervo y el gato. También juega con el elemento del basurero, como lugar de la lucha. Ese emplazamiento quiere simbolizar una lucha sin cuartel, de puro coraje e incluso con un punto de picardía y malicia. Esta presentación, sublime, sirve tanto para situar a los que se acercan por primera vez al anime como para emocionar a aquellos que lo hemos seguido desde siempre.

A partir de ese momento sucede el partido, usando recuerdos de vez en cuando que sitúan aún más, y sucede la magia. No vamos a explicar nada más de argumento, simplemente vamos a llegar al punto dónde queremos estar desde el principio. La animación de Haikyu, como ya dijo mi compañero Ofcastle, es impresionante y en esta película alcanza una potencia aún mayor.

Hay dos detalles que les dejo como aviso: cómo la animación va avanzando conforme sucede el encuentro y la sublime escena final (de unos cinco minutos). El primer punto nos ayuda a sentir realmente el partido, más allá de las jugadas puntuales y el segundo nos pone en la piel de un jugador, algo que creo es un decisión atrevida con una recompensa épica.

Lo curioso de la película, pese a toda su fuerza, es que sorprende menos a alguien que venga del anime original (lo siento, no he visto el manga) ya que la calidad de la serie regular es altísima. Tiene, pese a eso, muchos momentazos aunque, por ser justos, pierde un poco el desarrollo de los personajes, más allá de los principales. Pero eso es una buena noticia ya que fomentará las ganas de ver todo eso en las cuatro temporadas que actualmente están en Netflix. Es otra de esas series que no me importaría olvidar… simplemente para volverla a disfrutar como todas las anteriores veces.