El último trabajo del tándem Ed. Brubaker y Sean Phillips llego casi por sorpresa. Después de terminar Reckless – segunda reseña en camino- y la sorprendente Night Fever, Donde vi el cadáver llego sin aviso y con un tono algo distinto a lo que estamos acostumbrados.Toda una sorpresa, tanto por su publicación como por el efecto Rashomon que tan bien ha conseguido plasmar.
La premisa
Soy de los que ojean el cómic antes de comprarlo y alguna vez me he hecho algún pequeño spoiler. Tengo que confesar que disfruto más del viaje, que del final propiamente dicho. Esto me lleva a comenzar las reseñas con una breve sinopsis, intentando trasmitir el gusto que me deja sin revelar nada de ella.
Con Donde vi el cadáver no puedo hacerlo. Contar cualquier parte del cómic, por pequeña que sea, seria estropear tanto el viaje con el final. Pero si os puedo dar la premisa que tiene.
Verano de 1984, en Pelican Road, un suburbio residencial a las afueras de la ciudad, aparece un cadáver. Cada uno de los vecinos de la manzana tienen una visión de lo ocurrido. Un cacho de una historia más grande, que los personajes no pueden ver, pero que el lector puede intuir.
El Rashomon del cómic pulp
La premisa de Donde vi un cadáver se conoce como el efecto Rashomon. Es un recurso que se ha usado en numerosas ocasiones en comics, películas y series.
En la película Rashomon, un leñador, un sacerdote y un peregrino discuten sobre el juicio a un bandido, acusado de haber dado muerte a un señor feudal. Los detalles del crimen son narrados desde el punto de vista del bandido, de la mujer y del señor feudal -con la ayuda de un médium. Sera el leñador, único testigo de los hechos, quien pueda poner el contexto al crimen, sacando a la luz las contradicciones del resto de testigos.
El efecto Rashomon es un fenómeno producido por la percepción personal de cada uno al contar un hecho real. Si varias personas han vivido un mismo hecho y tratan de describirlo, mezclaran su percepción con el hecho en sí. Esto hace que la misma historia parezca distinta según el narrador.
¿Cómo saber cuál es la real? No se puede. Aunque todas resultan ser verosímiles, todas mezclan la percepción de lo vivido, distorsionando la realidad. La verdad solo es conocida por un observador imparcial – el espectador – que une todas las piezas.
¿Cómo consigue el efecto Rashomon el cómic?
En Donde vi el cadáver juega ingeniosamente con los elementos del cómic para producir una narración coral necesaria en el efecto de Rashomon, sin parecer forzado.
Lo primero es que nunca miente. Cada detalle de la historia es necesario y se explica en el mismo cómic. No hace falta elucubrar, solo seguir leyendo. Por ello, revelar parte de ella – aunque fuera en la sinopsis – es estropear una pequeña historia. Recuerda, los testigos solo dan su versión de los hechos.
Lo siguiente a destacar es que el lector es también parte de la obra. Los testigos le hablan contando su visión de lo que ha pasado. Aunque algunas veces se rompe la cuarta pared, esta charla nunca es directa. Los testigos parecen estar hablando con un periodista o un policía, varios años después de que los hechos sucedieran. Pero realmente es al lector a quien se dirigen, quien se formará la visión completa de la historia.
Al más puro estilo Rashomon, la suma de cada una de las partes es mayor que toda la historia. El desenlace de Donde vi el cadáver, va más allá de saber quien cometió el crimen y sus detalles. Nuestro interés poco a poco se centrará en los testigos y como un mismo hecho ha influido en sus vidas.
Y el culpable es…
No sé si Ed Brubaker y Sean Phillips hicieron esta versión de Rashomon en cómic de manera plenamente consciente. Sus declaraciones en el epílogo describen el cómic como una historia romántica – y también lo es – pero ciertos detalles del cómic me hacen pensar que fue una decisión bien meditada. Un plano de Pelican Road y Dramatis Personae me confirman esta teoría.
Ed Brubaker y Sean Phillips son los mejores cuando hablamos de cómics pulp. Pero es en este cómic donde todas sus habilidades relucen con mayor fuerza. Estamos ante la historia de un cadáver, que sirve para que no seamos del todo conscientes de las historias que estamos leyendo.
Donde vi el cadáver es una obra redonda en todos los aspectos, que hará las delicias de cualquier amante del género pulp y cuyo final no te esperas.
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